El pecho se agranda respirando en Arenales. La nariz se me hela en el mismísimo minuto que bajo del auto y me entran las dudas: -hice bien en venir?-
Nubes entran y se van... la luna se llenó y ahora si! A escalar con calorcito.....que bien
La superpoderosa es Paula esta vez. Gran amiga.
En el cajón de los Arenales se escala Fisuras. Hermosas fisuras del tamaño que quieras. Asi que volviendo a recordar lo que es sentir dolor y no prestarle atención. También volver a sensibilizar el olfato para encontrar la línea que busco al pie del Campanille o simplemente seguir el camino que me pinta a medida que voy.
Esta salida ha reafirmado mi confianza. Generalmente solo obtenemos aquello que deseamos cuando dejamos a un lado la ansiedad y el deseo. Cuando ya no esperamos algo, es cuando suele llegarnos. El cajón, la cordillera de los Andes
No hay comentarios:
Publicar un comentario